MÁS QUE HACER Y TENER, ES SER

MÁS QUE HACER Y TENER, ES SER

Empieza el mes de Diciembre y se acerca el final de un año.  Finaliza un ciclo y comienza uno nuevo.

Ahora nos vemos apurados con la organización de las compras, cenas, quedadas con los amigos, los compañeros, familia… ¡Pero ojo!, hay que hacer paradas técnicas, en las que haremos balance de lo vivido, agradeceremos lo que nos ha regalado la vida y nos fijaremos “deseos del Alma”. Deseos que deseemos tanto, tanto, que seamos incapaces de no cumplir.  Lo frecuente es que se hable de conseguir objetivos.  Yo hablo de mimarnos el Alma, SIENDO.

La vida lleva un año y medio diciéndonos que hay que mirar hacia adentro.  Nos regaló un confinamiento, unos meses en casa, sin salir… y ¡nos volvimos locos!  A mí, me tenían hasta el pirucho con tanto webinar, y con el mensaje de que si no los hacía estaba perdiendo el tiempo. 

Fuimos incapaces de captar el mensaje correcto, la lección que nos estaban dando la Tierra, la fauna, la flora.  Ellos, no hicieron más que ocupar su espacio, expandirse, crecer, florecer…  Y nosotros, los que se supone somos la “especie inteligente” que ocupa el planeta, ¿hola?, nos emperretamos en HACER. El todo era ocuparnos tanto que no tuviéramos tiempo de mirarnos, conocernos, sentirnos…

Tenemos la costumbre de distraernos con el exterior y de sumarnos distracciones hasta el agotamiento con actividades variopintas (trabajo, cursos, casa, TV, hijos, móviles, etc.)

Es tiempo de SER más que de HACER o TENER.

Respóndete a esta pregunta: ¿quién de los que me lee, es capaz de casarse con alguien a quien no conoce?

¡Yo desde luego que no! Ya te lo digo…

Y sin embargo, somos capaces de no conocer a la única persona que ha vivido y vivirá con nosotros toda la vida. NOSOTROS MISMOS.

Si te da por investigarte, tendrás suerte, porque esta es la única investigación sobre una persona, en la que no te toparás con la Ley de Protección de Datos.

Sé, quien se dé espacio y tiempo suficiente para conocer quién eres.

¿Cuáles son tus valores? Y ¿tus creencias?,  ¿Cómo y dónde sientes las emociones?,  ¿Cómo las gestionas?...

Sólo así podrás descubrir cuáles son tus deseos del Alma, y podrás ocupar felizmente tu espacio.  Florecerás, crecerás, y podrás ofrecer a los que te rodean un espectáculo maravilloso, como el que nos ofreció la Naturaleza en el confinamiento.

Porque aunque no te lo creas, este desconocimiento de uno mismo es el origen de tanta insatisfacción en tu vida, de tantos problemas repetitivos, de ese malestar traducido en descontento. No lo retrases más y regálate ese tiempo de reflexión y autoconocimiento.